sábado, 31 de marzo de 2012

Los idus de Marzo


El verbo fácil, sobrado,
y la sonrisa radiante,
que exigen bicarbonato,
realmente estomagantes.

Las encuestas le auguran
más que holgada victoria;
goza tanto que deslumbra,
se ve tocando la gloria.

El presidente, cual gañán.
El candidato pasea.
Cómo cavila Griñán.
Cómo disfruta Arenas.

Los albores del recuento
vaticinan mal presagio;
que se le escapa está viendo,
de otras contiendas, un calco.

Seguro de su infantería
y de otros votos prestados,
erró por altanería
creyéndolos amarrados.

Ya asoma al balcón
de la calle San Fernando
seguido de tanto barón,
rodeado de sus rancios.

Les lanza débil arenga
a los cuatro congregados,
que no hay quien lo mantenga
con tan parcos resultados.

Como César ha obviado
que venía tal varapalo
y sucumbió de la mano
de aquellos... idos de Marzo.