Con dios vaya don Alfredo,
doce años de alcaldía,
muchas obras deja hechas
aunque alguna más debía.
Deja calles y carriles
a peatones y ciclistas,
Alameda y viviendas
y sello de progresía.
Deja parques y jardines,
deja metro y tranvía,
que hayan costado un pico
tiene poca pasantía.
Mucho mejoró Sevilla
y está en melancolía
que no sabe ni entiende
que el pueblo le tenga manía.
Porfió contra corriente
e hízolo con osadía,
que a cabeza no le gana
ni un paquete de puntillas.
Bético de tapadillo,
está en dicotomía:
frecuenta Casa del Pueblo
y las de la clerecía.
El futuro lo encomienda
a lo que el partido diga,
que hoy ya no es excelencia,
pronto será señoría.
Para visitar las setas
aún no tuvo valentía.
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